domingo, 2 de junio de 2013

Anécdotas De Un Corazón Roto (5)

          Narra Jenna




           Dudas, definidas como juicios contradictorios, ¿Qué tan lejos puede llegar la imaginación cuando dudamos?

           Cada palabra, cada imagen, cada gesto, son suficientes para crear un nuevo juicio. A esta altura, yo me estaba preguntando acerca de todo, pero "¿Por qué?" era la duda que mas azotaba mi mente, tenia muchas opciones, cualquiera en la que uno de mis defectos o errores resaltaban eran la posible respuesta, pero yo estaba tratando de buscar en otro lugar, navegar por opciones en las que todas sus palabras no fuesen parecido una gran mentira.

           Hubo una promesa, "Cuando se vaya a acabar, será porque ya no sentimos nada", si hoy aseguraba que esa no era la verdadera razón, entonces ¿Qué lo había hecho cambiar de idea?

           Yo tenia muy clara mi posición, y lamentaba cada día no ser lo suficientemente buena para él, pero ¿Acaso lo era él para mí?

           Lo consideraba perfecto, su mirada, su sonrisa, todo lo que él era, era lo que yo quería ser. Decidido, indiferente, el tipo de persona a la que no le importa lo que digan los demás, una de las cosas que yo más quería ser. Estar con él significaba la posibilidad de copiar esos atributos y convertirlos en algo mío, él me hacia sentir fuerte y a la vez tan inferior, pero me gustaba.

           Ignoraba los comentarios de la gente acerca de que él no me apreciaba, porque cada día quería ser mejor para impresionar a alguien que no hacía nada por mí, cuando lo que debía hacer era ser mejor para sentirme bien conmigo misma.

           En ese preciso instante necesitaba alguien que entendiera mis inseguridades, mis dramas, mis extraños gustos en entretenimiento o música, alguien que los entendiera y no que los criticara como el solía hacer, alguien a quien le contara todo sin temor a que le fuera a parecer estúpido, porque sabia que iba a sacar algo bueno de mis cosas malas, alguien que intentara hacerme sentir fuerte porque quería verme sonreír sinceramente, porque al final, cuando quieres a alguien su felicidad es tu felicidad. Yo tenia ese alguien, quien saldría corriendo tras un simple "te necesito" y no que te pondría excusas donde la primera seria la flojera.

           Estaba segura de que yo había hecho algo mal, pero tal vez eso era lo que el estaba esperando, de no ser así, me habría dado la oportunidad de remediarlo.

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